jueves, 4 de diciembre de 2014

Porque la vida no es un cuento de hadas...

Porque, desde pequeñitas, nos pusieron coronas, vestidos de tul, ropa que no nos dejaba jugar, porque no la podíamos manchar. Nos dijeron “qué niña más guapa” tantas veces, que nos creímos que era lo que importaba.Y nos chutaron dosis diarias de príncipe azul, y así nos hicimos yonkies del amor, y aprendimos a necesitarlo para vivir.Las princesas son guapas, están asustadas y se enamoran del primero que las salva. Y del segundo, y del tercero. Y esperan, encerradas en su torre, sin hacer nada para escapar de ella.

Y nosotras aprendimos a ser como ellas. Aprendimos a obligarnos a ser guapas, que significa fracasar eternamente en intentar parecer guapas a los demás.Aprendimos a esperar a que el príncipe azul nos solucionara la vida, que significa construir nuestra existencia en torno a la idea de conseguir y mantener una pareja, y a sólo así sentirnos completas.Aprendimos que estas dos cosas eran una pelea, que significa sentirnos amenazadas por todas las mujeres que nos rodean, no vaya a ser que sean más guapas, o que su torre le pille al príncipe más cerca.Aprendimos a querernos poco, y sólo a costa de lo que nos quisieran otros.

Quedaos con mis vestidos de tul, mi príncipe azul, mi espejo y mi corona. Quedaos con mis complejos, mis miedos, mis vacíos y mis celos. Quedaos con todo eso que me habéis impuesto, que no lo quiero.
Porque necesito sitio para las botas, los libros, los cuchillos, los vasos y los ceniceros. Para los bolis, las fotos, los bocadillos y mis cuentos. Para los condones, la bici, los pinceles y los baberos. Para las cazuelas, los periódicos, el martillo, los clavos y los ligueros. Para bailar, correr, descansar y tirarme en la hierba a ver pasar las nubes en el cielo. Para mis sueños, mis desastres y mis deseos. Para fracasar y empezar otra vez con mis proyectos. Para mis amigas, mis ligues, mis mujeres admiradas y mis no quieros. Para mi vida, al margen de lo que desde pequeñita me instruyeron.
Quedaos con mi reino.

jueves, 23 de octubre de 2014

23 meses

Han pasado 23 meses. Parece mentira. Por un lado, aún me parece que fue ayer, sólo de pensarlo se me encoge el alma y el frío amenaza con adueñarse de mí otra vez. Sin embargo, también me parece que ha pasado muchísimo tiempo, casi como si hubiese pasado en otra vida, en otro lugar y a otra persona diferente. Mi vida no se parece en absoluto a la que tenía entonces. Me quejaba de tonterías y lo tenía todo, y, aunque nada de lo que pasó fue culpa mía, hay días que parece que me siento culpable y responsable de que todo acabase de forma tan brusca y tan radical. Ahora daría lo que fuese por volver a tener esa vida. Todo era infinitamente más fácil pero yo no lo veía. Que razón tiene el refranero español al decir que uno no echa de menos algo hasta que lo pierde. Pero, ¿realmente he perdido algo tan valioso? No sé, tal vez enfrascada en mi mundo de estrés, ajetreo, dolor e insatisfacción he perdido perspectiva. Quizás no haya perdido el mayor tesoro de mi vida, sino que he cambiado algo malo disfrazado de bueno por algo bueno disfrazado de malo.
Si lo pienso fríamente tiene sentido. Una relación venenosa con un ser despreciable no es un tesoro, ni siquiera es algo bueno. Es una de las peores cosas que te pueden pasar en este mundo. Tener que vivir siempre pendiente de complacer a la otra persona olvidándote por completo de tí misma, sentir siempre que no eres lo suficientemente buena como para merecer a tu otra mitad, no recibir ningún apoyo ni ningún respiro por parte de quien crees que es la persona con la que quieres compartir tu vida, sentirte mal a diario sin saber por qué; todo esto por una persona que crees que merece toda tu atención, todo tu cariño, todo tu respeto e incluso toda tu vida sin recibir nada a cambio (o incluso recibiendo puñaladas traperas) no es lo que yo llamaría una relación de pareja saludable. No es una simbiosis, es un parasitismo en el que el hospedador se acaba muriendo por dentro. Así es como me siento, muerta y vacía por dentro por culpa de un ser rastrero y despreciable, un ser que me ha robado los mejores años de mi vida, que se ha llevado parte de mi juventud y parte de mi alma, que ha hecho todo en base a sus intereses y sus necesidades sin contar con los sentimientos de los demás en ningún momento. Maldito cabrón mentiroso. No contento con destrozarme la vida, también decidió estropeársela a sus dos hijos, mis dos hijos, nuestros dos hijos. Como no era suficiente tuvo que malmeter y poner en mi contra a mi propia madre, puso de su lado a mi propio hermano y me arrancó el corazón y las entrañas de cuajo para demostrar algo que aún no alcanzo a comprender. ¿Cómo puede alguien ser tan exageradamente asqueroso y desagradable?
A pesar de las circunstancias, el corazón es caprichoso y quiere a quien quiere. No sé cómo todavía puedo sentir algo por este despojo humano. Mi mente grita que el corazón se equivoca, pero el corazón responde e incluso consigue apagar en parte ese grito que mi cerebro proclama. Seré estúpida. Siempre me he considerado una científica de lo más pragmática y sin embargo, en esta encarnizada lucha no gana la razón, sino que lo hacen los sentimientos. ¿Cómo es posible? ¿Es que acaso estoy perdiendo la cabeza? ¿Tanto me ha hecho cambiar esto? ¿De verdad esto ha pasado, tan radical ha sido el cambio? No es posible que en esta batalla haya perdido mi esencia, me resisto a creer que este asqueroso se ha llevado incluso lo que siempre me definió como persona. Tal vez rechazar los sentimientos, ocultar las emociones, envolver el mundo en protectoras capas de razón y pruebas no sea la opción más recomendable, pero en este momento daría lo que fuera por poder hacerlo. Todo sería mucho más fácil. Irónicamente, después de pasar dos tercios de mi vida ocultando mis sentimientos, he llegado al punto de no ser capaz de fingir una sonrisa, de no poder aguantarme las lágrimas como hacía antes. ¿Tanto he pasado que estoy empachada de tragarme mis propias emociones? En realidad he aprendido cuándo y con quién ocultar mis sentimientos y cuándo y con quién mostrarlos, aunque cada vez me cuesta más fingir estar bien en momentos en que no me puedo permitir bajar la guardia.
Cada día que pasa siento que estoy en una montaña rusa de sentimientos. El clima, el nivel de cansancio e incluso las personas a las que veo o no veo afectan a mi estado de ánimo a un nivel inusitadamente preocupante. Lo normal es que cada uno de nosotros decida, en mayor o menor medida, cómo se quiere sentir. Sin embargo, en los últimos meses yo no soy capaz de elegir. Sí que puedo tratar de mejorar mi estado de ánimo, pero no soy capaz de levantarme de la cama y ser feliz, sino que mi felicidad va a fluctuar a lo largo del día según lo que pase y a quién vea, una fluctuación tan exageradamente marcada como la temperatura máxima que se puede alcanzar en un desierto a mediodía frente a la mínima que se puede alcanzar por la noche. Vivir así es de lo más desagradable, nunca sabes si estás bien o no, si en unas horas estarás bien o no. Es una de las muchas secuelas que me han quedado por culpa de ese gilipollas.
¿Cuánto tiempo voy a necesitar para volver a ser yo? ¿Seré capaz de volver a confiar en un hombre otra vez? ¿Podré mirar a los ojos a la gente de nuevo? Son preguntas a las que a todos nos gustaría tener respuesta pero, desgraciadamente, son ese tipo de preguntas que dependen de cada persona. Incluso en ocasiones pueden llegar a ser preguntas retóricas. No paro de decirme que sólo es cuestión de tiempo, pero el tiempo pasa y mi paciencia alcanza su límite. No sé si en algún momento seré capaz de volver a dirigir mi vida por mí misma sin que los demás influyan en mis decisiones y en mi bienestar. Mientras tanto, ¿alguien sabe dónde puedo comprar un saco (cuanto más grande mejor) de paciencia?

miércoles, 15 de octubre de 2014

MES DE LOCURA

Ay, ni un momento libre he tenido este mes. Os tengo abandonados. Estamos a día 15 y todavía no me he acostumbrado a decir que estamos en octubre. Últimamente he estado muy liada, con  muchos proyectos entre manos y con mucho trabajo, lo cual es reconfortante porque es de temas que me gustan muchísimo. Muchas de estas ocupaciones que hacen que mi vida sea un tanto caótica últimamente son de mi propia elección. Ya sabéis que soy un culo inquieto, no soy capaz de estar sin nada entre manos. He retomado un antiguo proyecto, ése que tuve que aparcar el año pasado. Ya os iré informando a medida que se acerque el momento de la verdad. Pequeña exclusiva: tiene que ver con la escritura, con la universidad...y hasta ahí puedo leer. Como el año pasado me examiné del CPE, osea del proficiency de inglés, el nivel más alto, y aprobé el examen fui a recoger mi primer título importante de cara a mi vida laboral el otro día. Parece mentira que una cartulina pueda significar tanto. Bueno, pues como ya conseguí el título de inglés he decidido ponerme con el francés. Ya había estudiado francés antes, pero hace tanto tiempo que no lo utilizo que lo tengo un poco "oxidado". Sin embargo,estoy encantada con las clases. Por otra parte, estoy empezando a que nos publiquen las listas con las distintas empresas que ofertan prácticas para el verano (estoy interesadísima en unas que consisten en la extracción de ADN de diversas fuentes, tales como uñas, pelo, células...a ver si tengo suerte las ofertan otra vez este año y me las adjudican). He empezado a preparar las pruebas físicas para ingresar en los cuerpos de seguridad (todavía no tengo claro del todo si quiero entrar en la Policía Nacional o en la Guardia Civil, pero lo que sí tengo claro es que quiero ser policía científica). Como veis estoy a tope, con todos estos proyectos y con las clases de la universidad. Estoy muy ilusionada con todas estas cosas, casi eufórica. Alguien me dijo que es de sabios dosificar la euforia porque puede sernos de utilidad en los días en que las cosas no nos salgan exactamente como esperamos o como nos gustaría. ¿Vosotros dosificáis vuestra alegría y vuestra euforia? Nos vemos pronto, lo prometo.

martes, 23 de septiembre de 2014

DÍA LARGO, NIVEL DE ENERGÍA CRÍTICO

Acabo de llegar a casa después de un día largo en la Universidad. Todavía no me puedo creer que lleve 12 horas fuera de casa. Estoy agotada, pero que haya llegado a casa no significa que se haya acabado el día. Todavía quedan cosas por hacer, lecciones por estudiar, ejercicios por hacer y prácticas de laboratorio por preparar. El otoño ha hecho su entrada como un elefante en una cristalería. Las lluvias han hecho de las suyas y el cielo ha estado cubierto casi todo el día. Esto, unido al cansancio acumulado a lo largo del día, provoca que lo único que me apetezca hacer es cenar y acostarme. Ojalá el resto de semana se presente algo más tranquilo y con algo más de tiempo para poder organizarme y llegar a casa antes y con alguna cosa ya terminada. A los afortunados que ya han terminado todo lo que habían planeado hacer hoy, disfrutad de vuestro tiempo libre con vuestra familia y amigos. A los que todavía os quedan cosas por hacer, ánimo, no estáis solos. Buenas noches

domingo, 21 de septiembre de 2014

DIEZ BENEFICIOS DE COMER FRESAS

Las fresas no son sólo una deliciosa fruta, sino también un alimento cargado de numerosos beneficios para la salud. Además de su poder como antioxidante, son conocidas sus capacidades antiinflamatorias y potenciadoras de la salud en general. A continuación te contamos 10 beneficios de comer fresas que seguro que te convencerán.

1. Las fresas son bajas en calorías.
Una taza de fresas tiene unas 43 calorías. Además, contienen fibra, que ayuda a regular los procesos digestivos y a reducir la sensación de hambre.

2. Están cargadas de antioxidantes.
Las fresas contienen fenoles, un compuesto químico. La antocianina es un tipo de fenol muy abundante en las fresas y que le proporciona su característico color. Es conocido también por sus poderosas cualidades como antioxidante natural que mantiene la salud de las células
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3. Son un antiinflamatorio natural.
Los fenoles ayudan también a luchar contra los procesos inflamatorios del organismo inhibiendo la producción de la enzima cicloxigenasa, del mismo modo que lo hacen compuestos como la aspirina o el ibuprofeno.

4. Son una fuente rica en vitaminas.
Las fresas son una fuente de vitaminas del grupo B, tales como vitamina B6, la niacina, la riboflavina, el ácido pantoténico y el ácido fólico. También poseen una considerable cantidad de vitamina C.

5. Tienen manganeso.
El manganeso es un mineral que actúa como un potente antioxidante y antiinflamatorio natural. Una taza de fresas contiene 21 gramos de manganeso.

6. Contribuyen a la salud ósea.
Las fresas tienen un alto contenido en magnesio, potasio y vitamina K, que ayudan a potenciar la salud de los huesos.

7. Potencian la salud ocular.
Algunos estudios han señalado que las fresas mejoran la salud de los ojos al disminuir el riesgo de degeneración macular.

8. Tienen un efecto antienvejecimiento.
El ácido elágico presente en las fresas mejora la elasticidad de la piel y retrasa la aparición de los signos del envejecimiento, como las arrugas y la flaccidez, al tiempo que la biotina contribuye a mantener un cabello y unas uñas sanas.

9. Son una importante fuente de vitamina C.
Una taza de fresas contiene el 136% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C, lo que las convierte en un poderoso antioxidante que potencia el sistema inmunitario.

10. Ayudan a perder peso.
Por su bajo contenido calórico y su alto contenido en nitrato, las fresas son un buen aliado para las dietas de pérdida de peso. Ayudan a reducir el apetito, favorecen la circulación sanguínea y, además, ¡son deliciosas!

CUIDADO DE LA PIEL

Un bueno cuidado de la piel y un estilo de vida saludable son las mejores opciones a la hora de retrasar el envejecimiento natural y prevenir problemas de la piel. Nuestra piel es un tejido vivo que constantemente se regenera por sí solo, y el cuidado correcto puede mejorar su sujeción, elasticidad y brillo. La definición clásica del cuidado natural de la piel se basa en el uso de ingredientes obtenidos de fuentes botánicas ya existentes en la naturaleza, sin el uso de químicos y productos sintéticos, y tratados de manera que se preserve la integridad de los ingredientes. En la actualidad, la mayoría de la gente con tipos de piel y necesidades únicas (piel sensible, seca, grasa) han recurrido a los remedios naturales. Si tu piel tiene una fuerte tendencia a la deshidratación, carece de grasa, y tiene pocos poros, se considera seca. 
Tratamiento: enjuagar con agua templada y acariciar o masajear la piel seca. Use tónico para aliviar la sensación apretada y escamosa de la deshidratación. Evite tónicos y maquillajes que contengan alcohol ya que los productos con base de alcohol producen un efecto de sequedad en la piel. Use una loción o crema de textura cremosa para hidratar su piel y mantenerla rejuvenecida. 

ACEITE DE AGUACATE, ¿EL SUSTITUTO DEL ACEITE DE COCO?

Los aguacates son buenísimos. Incluso Instagram está de acuerdo. El hasgtag "aguacate" se ha usado más de 1,6 millones de veces. Cuando te los comes, puedes murmurar maliciosamente "Son grasas vegetales, así que es bueno para la salud". Y, por supuesto, también está el guacamole, que debería formar su propio grupo de comida. Sólo era cuestión de tiempo que esta fantástica fruta empezase a formar parte del mundo de los productos de belleza.
Abundan las mascarillas de aguacate para cara y cabello, y este éxito radica en la facilidad de aplastar un aguacate hasta conseguir una especie de puré y extenderlo por toda la cara o el pelo; pero es el aceite de aguacate lo que ha sido más solicitado en cuanto a últimos remedios milagrosos de belleza. ¿Puede el aceite de aguacate destronar al aceite de coco?
Los aceites para la piel, que han sido populares en Asia desde hace relativamente bastante tiempo, por fin han empezado a ser aceptados en Estados Unidos y Europa. Todas las grandes marcas cosméticas tienen uno. Se enfocan principalmente hacia personas que tienen la piel seca. El aceite de aguacate contiene grandes cantidades de vitamina E, que es un antioxidante, y proporciona una hidratación más profunda y beneficiosa que el de coco. También contiene ácidos grasos, fitoesteroles y una sustancia llamada esterolina. Se ha demostrado que los fitoesteroles son capaces de reparar el daño de la piel.
¿Qué opináis sobre el aceite de aguacate? ¿Cambiarías el aceite de coco por el de aguacate?

ZANAHORIA EN MI COCINA

La zanahoria es una constante en mi nevera. No es que me encante el sabor de la zanahoria, pero creo que es uno de los vegetales más fáciles de preparar. Cuando cocinamos vegetales con hojas, hay que lavarlos muy bien. Puede que yo sea un poco obsesiva con estas cosas, así que siempre los lavo, de uno en uno, y de hoja en hoja. Sin embargo, creo que preparar zanahoria es muy fácil. Todo lo que tenemos que hacer es lavar la zanahoria y lavarla antes de cortarla. Podemos hacer puré de zanahoria, zanahoria cocida e incluso la podemos usar como guarnición. Además, son muy buenas para nuestra salud, especialmente para la vista, ya que tiene vitamina A. Un dato interesante es que las zanahorias al vapor tienen más vitamina A que las crudas. También tienen vitamina C, K, ácido fólico, potasio, calcio, magnesio y otros minerales.¿Con qué frecuencia comes zanahorias?



miércoles, 16 de julio de 2014

He vuelto

Después de varios meses desaparecida en combate por los exámenes finales he vuelto. Os había dicho que estaba trabajando en un proyecto que me hacía mucha ilusión y que me había costado mucho decidirme a hacerlo. Al final he tenido que aparcarlo a medio camino y dejarlo para la próxima ocasión. Los exámenes han vuelto a ser mi prioridad en los últimos meses y ciertamente he acertado al aparcar todos los demás proyectos y actividades que ocupaban mi tiempo. Este año estaba en la cuerda floja, estaba a punto de perder mi oportunidad de convertirme en una futura antropóloga forense y no podía permitir que esa oportunidad se me escapase de entre los dedos. Muchos días sentía la casi imperiosa necesidad de tirar la toalla, pero una nueva fuerza interna y un nuevo nivel de determinación nunca antes alcanzado cobraron fuerza e impidieron que me dejase llevar. Todos los días se aprenden cosas nuevas, y ciertamente yo he aprendido en el último mes que soy mucho más cabezota y luchadora de lo que pensaba. Supongo que nunca había estado en una situación tan límite como en esta ocasión y he tenido que dar lo mejor de mí misma. Han sido unas semanas muy duras y de mucho sacrificio, pero finalmente todo ha salido bien. He conseguido cumplir con todos los objetivos marcados para este curso, aunque he tenido que modificarlos a lo largo del curso. Me imagino que a todos nos pasa de vez en cuando, que empezamos nuevos proyectos o retomamos antiguos retos y nuestros objetivos y expectativas son muchísimo más ambiciosos al principio y que a lo largo del tiempo de nuestra "lucha" se van degradando y dejan paso a la cordura y la lógica. Truncamos en parte nuestro objetivo final de película y lo acomodamos a algo más realista. Muchos creerán que es un signo de debilidad porque estamos renunciando a nuestro primer objetivo, pero lo cierto es que en ocasiones es sensato dar marcha atrás y marcarnos unas metas más realistas que nos ayudarán a priorizar nuestros objetivos y así conseguiremos evitar peores resultados, lo que podría ser muy contraproducente para muchos. Irónicamente he tenido que explicar esto muchas veces en los últimos meses, y, contrariamente a lo que esperaba, no siempre obtenía la respuesta esperada. ¿De verdad hay tanta gente que no lo entiende? ¿Estaré equivocada? Me he pasado las últimas semanas pensando en ello y creo que no me equivoco, al menos no me equivoco completamente. Yo creo que en ocasiones intentamos ser perfectos y se nos olvida que la belleza no está en la perfección y que la perfección no consiste en  hacerlo todo bien a la primera. De hecho, la perfección en sí misma no existe, sino que es el resultado de fallar muchas veces, de cometer muchos errores para encontrar nuestro camino en la vida. Lo cierto es que en este loco y caótico mundo en el que vivimos actualmente se nos impulsa a obsesionarnos con la perfección absoluta en todos los sentidos, con saltarnos pasos y hacer las cosas directamente sin cometer errores, con acortar los caminos para lograr nuestros objetivos y resulta que en esos atajos perdemos lo más importante de la vida, que es luchar por conseguir nuestros objetivos. El éxito no se trata de conseguir muchas cosas en el menor tiempo posible, sino de luchar contra todas las barreras que nos encontramos por el camino, de dar pequeños rodeos que nos permitirán conocer a otras personas que de otro modo se habrían quedado por el camino, de ver distintas posibilidades a lo largo de nuestra "caminata" que nos servirán para aumentar nuestros conocimientos (tal vez no sea en el sentido que nosotros esperamos, pero siempre nos ayudarán) y nuestras miras. Una vida sin errores se podría decir que es una vida vacía porque nos estamos perdiendo tantas cosas, tantas personas, experiencias, pequeñas decepciones que se convertirán en grandes logros (mucho más valiosos) cuando logremos hacerlos realidad. ¿Cómo podemos decir que sabemos lo que es la vida si no luchamos por nuestros sueños? La vida es bella, pero nadie dijo que la vida es fácil. Vivimos en un mundo en el que la velocidad, la rapidez y la perfección nos rodean. Esa velocidad y esa rapidez nos impiden disfrutar de la vida, la verdadera vida. Nos olvidamos de disfrutar de las pequeñas cosas de la vida y nos obsesionamos con ser mejores que los demás, y lo más probable es que en ese camino por conseguir ser los mejores perdamos nuestra humanidad. Nos olvidamos de que lo importante es aprender de los demás, así como de nuestros propios errores, de que las personas somos empáticas y que esa empatía nos impulsa a ayudar a los demás. Lo cierto es que nadie es perfecto y que en algún momento de nuestras vidas todos y cada uno de nosotros necesitamos ayuda de otras personas. Los que tenemos suerte podemos pedir ayuda a nuestras familias, con la certeza de que harán todo lo posible por solucionar nuestro problema de la mejor manera posible, pero en ocasiones la familia no puede ayudarnos, no porque no quiera o no sepa, sino porque simplemente no puede. No se trata de algo que pueda solucionar nuestra familia, y ahí es donde entran los amigos, e incluso gente ajena que no conocemos de nada, cuando la humanidad aparece y cobra forma. La vida trata de eso, de ayudar a quien nos pide ayuda, de pedir ayuda cuando la necesitamos y, sobre todo, de ser los suficientemente razonables como para saber que una de nuestras cualidades como personas, entre otras, es precisamente la capacidad de ayudarnos unos a otros y de sentir lo que otras personas sienten, de ponernos en el lugar de otros y sentir esa angustia, nerviosismo, alegría, euforia, ect. y es precisamente esta capacidad la que nos hace más humanos. ¿Cómo podemos decir que somos personas, que somos humanos si despreciamos esa capacidad especial que tenemos? Es como pedir peras al olmo. En ningún momento podemos olvidar que una de nuestras necesidades y capacidades prioritarias es ayudar a quienes lo necesitan. Os preguntaréis a qué viene todo esto. Veréis, como decía antes, yo he conseguido superar mis objetivos, pero una de mis mejores amigas no lo ha conseguido. No sé si tiró la toalla antes de tiempo y yo no lo supe ver, o que simplemente se dedicó a pretender estar bien y no pedir ayuda por orgullo, vergüenza o sólo porque no quiso distraerme y sacarme de mi camino. En cierto modo me siento culpable, no supe ver que necesitaba ayuda y que quizá sólo alguien que estaba pasando por la misma situación podía enterderla. Ambas estábamos en la cuerda floja y yo intenté hacerlo lo mejor posible. Esto os lo cuento porque a veces somos un poco insensibles o estamos algo sordos de cara a peticiones de ayuda silenciosas. Ante estas situaciones lo mejor es que quien necesite ayuda la pida claramente y en voz alta, y que quien está cerca y puede llegar a comprender a situación amplíe su visión y no dé por supuesto que quien necesita ayuda la va a pedir de la forma esperada. A veces una mirada, un comentario o simplemente mirarse a la cara y leerse el alma debería ser suficiente. Para generaciones en que la tecnología atrofia las habilidades sociales que tan necesarias son para una vida plena y una comunicación 100% efectiva estas señales se van perdiendo, incluso en relaciones amorosas o de profunda amistad. Es una pena que algo tan "simple" como la tecnología nos robe nuestra más preciada cualidad: la empatía. Todos, y digo todos, nos perdemos tantas cosas de la vida porque estamos pegados al móvil, la tablet, las redes sociales...¿Cómo nos vamos a ayudar unos a otros si no estamos pendientes de lo que de verdad importa? Es imposible que prestemos atención a todos los pequeños matices que hacen que la vida merezca la pena si nos pasamos el día pegados a una pantalla, obsesionados con complacer a gente que ni siquiera conocemos o que conocemos superficialmente. La absurda moda de los "selfies" es uno de los últimos inventos que nos distraen. Nos sacamos fotos y las colgamos en internet en un vano esfuerzo por encontrar la complicidad con personas sin tratar con ellas cara a cara. Es una de las actividades e ideas más absurdas que he oído en mi vida. Contamos nuestra vida diaria en una plataforma electrónica sólo porque queremos empatizar y conectar con personas que podríamos ver a diario, porque buscamos su aprobación de manera que nos haga sentir mejor pero lo cierto es que en muchas ocasiones mentimos abiertamente para ganarnos es aprobación cuando en realidad ya la tenemos, y podríamos verlo sólo con mantener una conversación cara a cara, con compartir un momento de compañía en que esa complicidad quedaría demostrada  con un intercambio de miradas o una frase, una complicidad que no se basa en una serie de transmisiones electrónicas carentes de sentido. No digo que yo sea perfecta y que todo esto que os estoy contando no me afecte, yo también estoy enganchada a la tontería de los "selfies", aunque intento mantenerla a raya. Lo cierto es que intento mantener a raya mi uso de las nuevas tecnologías, de utilizarla sólo cuando es estrictamente necesario, aunque no siempre lo consigo. Intento mantener mis relaciones sociales en ambientes agradables y tranquilos para poder mantener una conversación agradable en la que compartir sueños, ilusiones, ambiciones pero también miedos, temores e inseguridades. Me aterra que los niños nacidos en este siglo sepan usar antes una tablet que unos lápices de colores, que se entretengan con videojuegos antes de aprender a saltar a la comba, pero también me da mucha pena que se pierdan los placeres de la vida como arrancar margaritas de un prado en primavera, disfrutar de las caricia del sol o de sentir la lluvia en la cara...en resumen, de disfrutar de pequeños placeres de la vida al quedar enmascarados por la atractiva influencia de la tecnología frente a la vida natural. ¿De verdad vais a permitir que algo así nos impida disfrutar de la vida? Dejad la pantalla del ordenador, olvidaos del correo electrónico, desconectad el móvil y disfrutad de la naturaleza. Con cariño os recomiendo que abráis los ojos al mundo que os rodea y os aseguro que os sorprenderá. Disfrutad del día. Hasta pronto pequeña familia :)

viernes, 28 de febrero de 2014

Pequeño parón de publicaciones


Por un proyecto que tengo entre manos voy a tener que hacer un pequeño parón en las publicaciones en el blog. Es algo que me hace muchísima ilusión y que me gustaría poder contaros, pero me temo que de momento no será posible. Es algo con lo que he soñado muchísimas veces. Debo confesaros que me impone mucho, y que me ha costado mucho encontrar el valor suficiente para emprenderlo. Como ya os he dicho muchas veces, en numerosas ocasiones nuestros mayores anhelos y sueños nos suelen paralizar, y yo no soy diferente; me ha pasado y llevo una semana dándole vueltas al asunto hasta que he conseguido reunir valor suficiente (con ayuda, todo hay que decirlo) para ponerme en marcha. A todos los que tengáis la oportunidad de cumplir vuestros sueños, ánimo; y recordad, el que no arriesga no gana. Hasta pronto

miércoles, 26 de febrero de 2014

Así era ella



Ella era pesimista, porque le daba miedo pensar que las cosas que ella hacía estaban bien. Ella era una mujer de negro, con una expresión cambiante ¿A que se debían sus expresiones? Aún no lo sé, tenía buenas ideas, ideas dignas de un genio, pero pocas palabras, ¿De que servían sus ideas si casi nadie tenía el placer de escucharlas? Tenia hobbies como toda persona normal, pero ella no era normal, su hobby era escribir , pero ella no lo sabía , era como si después de escribir algo brillante se olvidase y siguiese con su vida normal. Cuando iba a empezar a escribir , siempre decía - " será la primera vez que escribiré , probablemente sea un desastre" y al finalizar su texto, lo leía y con asombro me miraba con sus pupilas desorbitadas y exclamaba -" “¡Vaya! ha sido mejor de lo que esperaba, definitivamente tengo un talento innato" y finalizaba esta frase casi diaria con los ojos llenos de alegría y con una sonrisa que demostraba su orgullo, lástima que ese "talento innato" no haya sido así, ya que este pasatiempo lo tenía ya desde hacía bastante tiempo y, si bien desde un principio tuvo esa habilidad de escribir , se fue desarrollando con los años. Era muy expresiva, sus gestos demostraban definitivamente todo lo que sentía, pero el sentimiento que más afloraba en su rostro era el amor; cuando ella se enamoraba sus ojos se tornaban de color café a gris y su sonrisa era delatadora, su corazón palpitaba rápido y esto se reflejaba en su forma tan apresurada de hablar, en definitiva era más bella. Fui la persona con más suerte del mundo, pues ella vivió enamorada de mi toda la vida y mantuvo sus ojos grises hasta que yació en su lecho de muerte; ese día ni la muerte le arrebato su belleza. Ella se enojaba con facilidad, pero aun así era preciosa. Siempre pensé que se arrepentía de estar conmigo, aunque en el fondo sabía que no era así, definitivamente yo no era su persona preferida pero al menos me amaba con odio y eso bastaba para mí.

martes, 25 de febrero de 2014

Lucha por la educación pública y de calidad

Hoy a las 13:00 nos reunimos en el Aula A de la Facultad de Biología de Oviedo para hacer el trabajo que corresponde a otros, para buscar alternativas y soluciones para evitar el cierre masivo de bibliotecas universitarias por los recortes en educación, una educación que presume de ser pública que está agonizando lentamente, que le queda de pública lo mismo que a la sanidad; una educación que debería ser universal, a la que todos deberían tener el derecho de poder acceder; una educación que nos permite tomar nuestras propias decisiones, tener nuestras propias opiniones y lo que es más importante, nos permite ser libres. Una libertad que cada día parece estar más coartada en un país donde la censura vuelve a asomar la cabeza. No podemos permitir que un equipo de personas que no piensan más que en sus propios intereses y, lo más vergonzoso, en su propio bolsillo, nos arrebate la libertad, nuestro derecho universal a dar nuestra opinión y a exigir lo que nos corresponden por derecho. A todos aquellos que compartan la misma opinión que yo les invito a que se acerquen hoy hasta aquí, y les animo a que no se dejen engatusar y engañar por un montón de palabrería vacía y demagógica que nos impulsa a un mundo gobernado por un elenco de personas que, a pesar de tener un trabajo social, se dedican a llenar sus bolsillos y a ignorar al resto del mundo con tal de conseguir sus propios medios, un grupo de personas que se rigen por el principio de que el fin justifica los medios. Que no te quiten tus derechos, y lo que es más importante, que no te quiten tu libertad.

Un poema,un amor


Lejos de ser un escritor te arrimo estas palabras,

Mi amor es puro y franco y no sé cómo expresarlo,

Así que aquí digo lo que normalmente no te digo,

Sacándome el disfraz de cordura que llevo puesto.

 

Te amo, un infinito manantial de ternura esta contenido dentro de mí,

Un inmenso océano de felicidad y pasión galopándome en las sienes,

Necesito un gesto, una mirada de tu parte para poder abrir las compuertas,

Y derramar sobre ambos la dicha de estar vivos.

 

Espero algún día tener el coraje de enviarte mi poema,

Y detrás de toda letra el caudal de mi amor.

Triste espera es la mía, y solitaria además,
Mientras aguardo alguna señal de tu amor hacia el mío.
 
 
 
(Poema de Maximiliano Oscar Perez)

lunes, 24 de febrero de 2014

Exámenes: ¿presentarse o no presentarse?, ésa es la cuestión

 

"Cuantos nervios y cuanto estrés, pero hay que dar un último empujón que ya queda poco". ¿Alquien está familiarizado? ¿Estudiantes? ¿Opositores? Yo soy un ejemplo claro de esta situación. Este viernes tengo el primero de tres exámenes que me trae por la calle de la amargura. ¿Es sólo sensación mía o a medida que se acerca un examen complicado nuestro cerebro nos juega malas pasadas y nos hace creer que sabemos mucho menos de lo que en realidad sabemos? Creo que en esos días (hoy es uno de ellos) comprendo por qué decía Diógenes eso de que "cuanto más sé, más grande veo mi ignorancia". Hoy quiero dedicar mi post a todos esos estudiantes que sufren este mismo problema. Desde mi experiencia personal, los nervios pueden jugar muy malas pasadas, pueden hacer que nos quedemos en blanco en un examen, que nos entren ganas de vomitar, nos suba o baje la tensión...en fin, mil faenas que nos impiden demostrar todo el trabajo que hemos hecho en las últimas semanas, meses...No sé vosotros, pero yo en más de una ocasión he dejado de ir a un examen por culpa de esos nervios previos. En primer lugar quiero deciros que no presentarse a un examen, a menos que no corra convocatoria, es la mayor tontería del mundo. Hay que pararse a pensar un momento. A ver, ¿habéis ido a clase? ¿Habéis hecho todos los trabajos que se os han pedido? ¿Habéis pasado apuntes a limpio? ¿Habéis leído o estudiado la materia? En caso afirmativo quiero que me contesteis objetivamente una pregunta: ¿no os parece que algo (aunque sea una tercera parte de la materia) habréis retenido? ¿Por qué no intentarlo? El cero ya lo teneis asegurado; ¿qué hay de malo en presentarse? A partir de ese cero de partida. todo lo que sume ya es un pequeño logro que nos acerca más al aprobado. No quiero ser dura con vosotros, especialmente porque a mí me cuesta mucho aplicarme el cuento, pero yo tengo la suerte de tener a gente a mi alrededor que se encarga de ponerme las pilas cuando los nervios deciden hacer de las suyas. Si esto no os convence del todo, pensad que aunque esto cueste y sea un engorro no será para siempre...estamos haciendo un esfuerzo muy grande para conseguir un fin, y ese fin puede ser el mejor aliado en esos días en que no estamos en lo que estamos, nos cuesta ponernos a estudiar y sentimos la tentación de dejar que la pereza se adueñe de nosotros. Ya para acabar, utilizaré una frase de Maquiavelo fuera de su contexto original y que para este caso en particular nos viene como anillo al dedo: "el fin justifica los medios", así que dejad que ese fin, ese sueño que teneis os guíe y os dirija en los días malos.

domingo, 23 de febrero de 2014

CORAZÓN REBELDE

De repente despierto, sin saber qué pasa, sin saber por qué la soledad me persigue y por que la pena está presente en vez de la felicidad y es cuando me doy cuenta de que he soñado con el fantasma del pasado, que me he alejado del presente y de la realidad por un instante. Cuando todo parecía marchar bien, cuando los dolores parecían olvidados, es cuando sale lo que no salió en su momento, el dolor más inmenso, acumulado ya desde hace varios meses, ha salido para destrozar mi presente. Aparentaba estar bien, fingía que nada sucedió, prefería no hablar del tema, porque sabía que me haría daño, pero he vuelto a escuchar aquellas canciones, que me han transportado y que me hicieron revivir los momentos destrozándome por dentro ,  acabando con todas las piezas en que tú dejaste fragmentada mi alma. Me di cuenta de que el corazón aún no puede superar nuestro amor desbocado y alocado, y que no está dispuesto a borrarte de mi corazón. Me cuesta pronunciar tu nombre, sólo escucharlo me abre heridas que están cicatrizando, y prefiero dejar que el tiempo cure todo y no hacer algo que impida esto. Al igual que mi corazón, mi cabeza lucha, se niega a aceptar que todo se acabó; están en una especie de batalla encarnizada esperando que cambien las cosas. Parece que se acostumbraron a vivir con la idea de tenerte a mi lado y no pueden creer que ya no sea así. Al principio mi mente y mi corazón me desbordaban en una lucha encarnizada en la que ambos querían ganar, ambos querían tener razón. Llegue a pensar que no lo soportaría, que en cualquier momento mi corazón se negaría a seguir latiendo y que mi mente entendería su decisión; simplemente no podía vivir, ni dormir, ni comer, sin pensar en la persona que me hizo daño y sin preguntarme todos los días qué había pasado, cómo cambió todo y aunque siempre llegaba a la misma respuesta, parece que no se contentaban con aquella contestación de siempre. Por eso, día tras día fue lo mismo, tortura por la noche y tortura por el día. Sin embargo, aun tengo la pequeña esperanza de que aún pienses en mí, probablemente por el mero hecho de que yo no paro de pensar en ti. Nunca esperé enamorarme de ti, disfruté cada caricia tuya al máximo, pero no fue suficiente. Tal vez esperaba más de lo que tú lo hacías y por eso decidí despedirme para siempre y olvidarme de la idea absurda de tenerte de nuevo, porque sé que es muy ficticio y que simplemente no me mereces. Con mucha pena, digo no a todo lo que me ofrezca tu pensamiento y creo que tratar de convencer a las partes más tercas de mi cuerpo será infinitamente más difícil que olvidarte, espero tener éxito y dentro de lo posible olvidarte y que, sin darme cuenta, aparezca otra persona que ocupe tu lugar.

sábado, 22 de febrero de 2014

¿LA VIDA? ASÍ PASA LA VIDA


¿La vida? Así pasa la vida. Vivimos llenos de engaños y dolor, y únicamente nos damos cuenta de ello ahora que somos lo suficientemente maduros, que nuestra inocencia infantil ha desaparecido y que nuestra lógica infantil que encontraba respuestas a todo se ha desvanecido. Cuando somos pequeños tenemos la tendencia a creer que la vida es fácil y la inocencia que poseemos no es considerada un crimen, sino una virtud que no somos conscientes que irá difuminándose a medida que empecemos a ganar madurez.

Cuando éramos niños los amigos no tenían ningún tipo de interés, el amor de una madre bastaba para sentirse queridos y la felicidad se encontraba fácilmente. Ahora, en cambio, todo es más complicado. Nos convertimos en esclavos de sentimientos que nunca terminamos de entender cómo funcionan, y esto solo nos provoca tristeza y amargura. Los conceptos de amistad, amor y felicidad son completamente diferentes, ahora todo es fugaz y nunca sabes si son sentimientos verdaderos y genuinos o si en realidad son relaciones sociales cuya única finalidad es obtener algo de alguien. En el momento que nos damos cuenta que realmente somos dueños de algo, en ese instante todo se viene abajo; se esfuma todo sin darnos cuenta, como si nunca hubiese existido. Todo se pierde, se desvanece, desaparece sin dejar huellas y de repente nos encontramos en ese estado de tristeza constante que después de un tiempo ya se vuelve costumbre. Así es como la vida se encarga de demostrarnos que las cosas sólo suceden una vez y que hay que saber apreciar el momento, que no somos dueños de nada y que nada es eterno, ni siquiera los recuerdos, lo único que sobrevive es ese sabor amargo que se queda después de que terminó el instante efímero de sentimiento. La vida pasa ante nuestros ojos y no somos capaces de darnos cuenta de que nuestras horas y días están contados.

Una de las cosas que deberíamos aprender es a no dejar de hacer lo que queremos por esperar algo incierto, así a nadie se le pasaría la vida en vano y experimentaríamos más momentos de felicidad, de amor y de amistad. La tristeza se desvanecería por un instante y no estaría tan presente en nuestras vidas.