martes, 28 de junio de 2016

Un abrazo hace que el mundo deje de doler por un instante

Definitivamente pocas cosas pueden compararse a la energía que genera un buen abrazo, esta sencilla demostración de afecto puede rescatar a cualquier persona de una penosa situación. A través de él no es necesario emitir palabra alguna, solo se transmite un calor humano que es muchas veces suficiente para aliviar cualquier sufrimiento, así sea de forma momentánea un abrazo nos rescata, nos fortalece, nos susurra que no estamos solos y que contamos con personas que nos aprecian, nos cuidan y van por nuestro camino aportándonos el apoyo que necesitamos en los momentos clave.


Los abrazos resultan en una explosión hormonal

Físicamente tanto para quien da o recibe un abrazo se producen muchos efectos físicos, entre ellos una explosión hormonal tiene lugar, al abrazar no sólo segregamos oxitocina (hormona del apego), también se libera serotonina (hormona de la felicidad) y dopamina (hormona del placer y del sueño), generando de forma instantánea una sensación de bienestar y tranquilidad.

Beneficios adicionales de los abrazos

Dentro de la lista de beneficios que nos brinda algo tan sencillo y natural como lo es el abrazo, me encanta destacar que produce calma y sosiego a nuestro niño interior, lo cual resulta muy terapéutico, puesto que la mayoría de nuestros miedos, inseguridades, frustraciones, sensaciones de rechazo, se relacionan directamente con nuestro niño interior, y cualquier acción que nos ayude a sanar heridas emocionales y a consolar a esa parte de nosotros es de suma importancia.
Los abrazos también fortalecen la autoestima, la comunicación, el desbloqueo físico y mental… A través de ellos se devuelve la ilusión, la alegría, se estimula la gratitud y sirve de mecanismo de rescate ante la sensación de soledad, de desolación y de aislamiento. Además es un excelente ansiolítico que podemos utilizar sin receta médica para calmarnos o para combatir el insomnio.

Los abrazos espantan la tristeza

Ya hemos visto algunos de los beneficios que nos aporta ese sencillo contacto físico, intuitivamente y a través de la experiencia seguramente hemos podido notarlos, al menos notar la recarga que se produce a través del abrazo, que mágicamente reconforta, y aunque no nos puede eliminar las fuentes de dolor o cambiar las realidades, sencillamente nos dice que todo pasará y que durante ese tránsito podremos dividir nuestras penas con quienes nos quieren y al menos durante ese abrazo el tiempo se detiene, todo se torna más suave, más llevadero y nuestra tristeza se debilita.

Abraza y déjate abrazar

Cada vez que lo consideres oportuno da ese abrazo que reconforte a quien te importa, a través de él le transmitirás la fuerza de tu espíritu que está dispuesto a acompañarle, apoyarle y cuidarle en cualquiera de sus tránsitos… Y nunca te cohíbas de recibir un abrazo, por lo general los que nos rodean saben cuándo exactamente necesitamos ese rescate que nos fortalezca y nos haga ver las situaciones desde la compañía y la solidaridad.

PROTEGER MI RELACIÓN


De los aspectos de mi personalidad, uno de los que más se habla es de mi cabezonería, mi famosa terquedad "made in me" y a mucha honra ¿verdad?
Pues la terquedad en mí no es tan mala como se quiere ver, al menos para mí. Al revés, puede venirme muy bien y por bastantes razones. Me ayuda a seguir cuando los demás ya se quedaron atrás porque se dieron por vencidos y me reafirma en muchas situaciones cuando otros en las mismas circunstancias ya empiezan a dudar y a aflojar por tanta duda. Vamos, que yo siendo una perfecta cabezona tengo más que ganar que perder ¿no?
Pues sí, y es que hay un asunto más en el que la cabezonería es de más ayuda que de menos. Y es cuando me ayuda a aguantar y a no tirar por la borda una relación que, por darle tiempo, podría recuperarse y tener futuro. A veces sucede todo lo contrario, que mi terquedad me lleva a no dejar acabar una relación, a alargarla en vez de dejarla morir estando ya agónica. Nadie es perfecto. 
Lo que quiero ahora es dar unas pautas para los que, como yo, sean tercos y cabezotas, pautas que les ayude a proteger sus relaciones, que duren y tengan futuro si esa es la realidad. Antes de pensar en mantener o dejar una relación cuando hay problemas, lo que hay es que crear relaciones estables y firmes, con futuro, que valgan la pena y que os hagan felices, a vosotros  y a vuestras parejas. Y a eso voy.
Estableced reglas claras
Para los que os comprometéis tanto como yo en el amor, siempre os da problemas daros cuenta con el tiempo de que vuestra pareja puede no estar igual de comprometida que vosotros. O que busca en la relación algo diferente a lo que vosotros queréis. Para que no os pase eso, debéis establecer bien vuestras reglas y vuestros intereses, y compartirlos con vuestra pareja para ver en qué puntos coincidís y en cuáles no. Y si son más en los que coincidís, que cada uno ceda un poco. Sí, hay que ser flexible, ese consejo va de regalo. Y si se ve claramente que ambos buscáis cosas diferentes pues adiós muy buenas y que corra el aire.
Sed claros sobre vuestras expectativas
Tanto por los deseos que tenéis en cada relación que empezáis como por los miedos que traéis de otras relaciones pasadas, tenéis que ser sinceros con las expectativas que tengáis en una relación. Sincero con vosotros mismos y sobre todo con la otra persona. Pero sinceros de verdad. Si os calláis vuestros miedos, si avanzáis sin saber cuáles son vuestras expectativas, si no decís la verdad sobre lo que queréis realmente, la base de vuestra relación no será buena y a partir de ahí, lo que se vaya poniendo encima tendrá poca estabilidad porque la base estará mal desde el principio.
Decid lo que pensáis
A veces por no herir a los demás nos callamos lo que realmente pensamos y la verdad es que no les ayudamos con eso aunque creamos que sí. En vuestro caso, debéis decirle a vuestra pareja todo lo que pensáis, haciéndoos entender. Y si pensáis algo que creéis que puede hacer daño, dejad claro que vuestra intención es ser sincero, no fastidiarle ni nada de eso. Se puede ser contundente y claro, sin ofender. Tenéis que conseguir que entiendan que vuestra sinceridad es para proteger la relación y que siendo sinceros (los dos, porque debéis exigir que vuestra pareja haga lo mismo) es la única manera de sentar una buena base y de construir algo importante. 
Aseguraos de que estáis con la persona adecuada 
Aunque esto pueda parecer una tontería, no lo es. Y en temas de amor es importante pensar en todas las posibilidades. No con todas las personas podemos crear una relación estable. Para tener relaciones de futuro tiene que haber muchos puntos en común, intereses parecidos, niveles de compromiso y entrega similares y muchas ganas. Y hay personas que quizás no puedan dar muy buenos e intensos momentos, pero sólo eso. O personas que sólo quieran aprovecharse, que no les importemos y que sólo quieran algo concreto de nosotros o de nuestra vida. Ninguna de esas personas valdría, claro. Lo mejor es que, en el fondo, vosotros las veis desde el minuto uno así que, no os aferréis...Mirad más por vosotros. 
Repartid a medias la responsabilidad de la relación
El equilibrio es fundamental para la mayor parte de las cosas de la vida. Y en una relación, cualquier desequilibrio es el principio de la inestabilidad y la caída. Vosotros, por vuestro fuerte carácter y vuestra manera de hacer las cosas, es fácil que os echéis sobre vuestra espalda la mayor parte del peso de la relación. Un error. Si sois protectores y queréis cuidar a vuestra pareja, hacedlo, pero que la otra persona tome otras responsabilidades, que os cuide y asegure en otras parcelas que a vosotros os cuesten más. Entre los dos debéis repartiros el peso de la relación y disfrutar a medias también con todo lo bueno. No seáis siempre el que carga con todo, porque se acostumbran, y cuando ya no podéis más, todavía os preguntarán por qué...


Leer es una manera de volver a la vida

Leer no es vivir, pero es una de las mejores formas de estar vivos, de sumergirnos en un océano de letras para refugiarnos, renacer y liberarnos en esas islas de serenidad literarias. ¿Qué es leer para ti? Algunos dicen que leemos para saber que no estamos solos, otros, que día a día se hace más vívido y gratificante. Sumergirse en un libro es un ejercicio que nos nutre, nos educa y hace de nuestras mentes entidades más libres, con más poder.

La lectura, los libros, son un bien universal que deberían trascender mundos y culturas, e ir más allá del tiempo. Son un legado a la humanidad que heredar de padres a hijos como un bien preciado. Si eres un buen artesano de las noches de lectura intensa, estoy segura de que te vas a sentir identificado con estas reflexiones. 

LAS LECTURAS DE INFANCIA
Tan pronto como nos iniciamos en el proceso lector-escritor, empezamos a sumergirnos en esos primeros libros que los mayores suelen abrir para nosotros, o aún más, en ocasiones hasta los descubrimos nosotros mismos. Las primeras lecturas de infancia son huellas emocionales hiladas de fantasía inolvidables. Eran cerraduras a las que asomarse por primera vez para experimentar terror, aventura, amor...

A menudo, cuando cerramos los ojos, desearíamos revivir de nuevo todas esas sensaciones tan nuevas e intensas, al pasar las hojas amarillentas de nuestros libros de infancia. Esos que aún guardamos con nuestro nombre escrito en las primeras páginas. De alguna manera, los libros viejos son como fotografías del alma, como pequeños universos que contienen muchas partes de nosotros mismos. Son emociones contenidas en mares de letras que aún nos conmueven, y que nos hace preguntarnos si los niños de ahora se acercan a los libros con la misma pasión que lo hicimos nosotros. Está claro que su mundo parece otro, que la sociedad actual cabalga a lomos de la tecnología y no sobre las suaves páginas de un libro.

LOS LIBROS Y EL ARTE DE LOS SENTIDOS
No importa lo grande que sea el volumen, porque ni pesan ni molestan. En ocasiones, cargamos con enormes libros en nuestros bolsos para devorarlos mientras viajamos en tren o en autobús: son islas en las que refugiarnos. Los libros se leen, se huelen, se acarician y, para muchos, no se prestan. Son amigos silenciosos con los que establecer una unión única y excepcional. Amigos de placeres y aventuras. 

A los libros se les disfruta con muchos sentidos. De hecho, es muy posible que alguna vez te hayas preguntado ¿Por qué los libros más viejos tienen ese olor tan peculiar que nos intriga y nos atrapa?

LEER PARA SER LIBRES, LEER PARA SER FELICES
La lectura es más que un refugio cotidiano, es el amanecer a nuevos conocimientos, es vivir historias ajenas, es transitar por mundos imposibles...es cerrar un libro y comprender que ya no somos los mismos.

Leer expande, nos permite volver a la realidad cuando deseamos sabiendo que en el fondo de nuestro ser, hay algo que nos sigue uniendo a ellos. Y a pesar de saberlo, a pesar de comprender que leer no es vivir porque no es la vida real, ellos siguen haciendo más vívidos nuestros días. 

La vida ofrece sabiduría, no hay duda, pero quien lee tanto como respira, y busca su instante diario para abrir estas cerraduras literarias, encuentra beneficios más intensos: 

  • A pesar de que muchos piensen que quien lee demasiado es que no desea vivir en el mundo real, se equivoca. La lectura es un aprendizaje constante para crear personas más hábiles.
  • Un buen libro nos permite relativizar muchos aspectos cotidianos que nos generan estrés y ansiedad. Nos instruyen, nos deleitan, nos calman y nos inician en nuevos conocimientos.
  • Quien está habituado a leer a menudo se vuelve también más exigente y se afina a su vez en su sentido crítico. Tiene  múltiples y variadas opiniones, tiene voz propia porque ha vivido en muchos mundos, porque se ha metido en muchas mentes. 
Leer no es solo una forma de ser más libres, es tambíen un arma de poder a tu alcance. 

NO GUARDES TANTOS SECRETOS DE TI

Aunque todo el mundo tiene secretos y cosas de su pasado que no quiere contar, tú te reservas demasiados de ellos y “manipulas” mucho la realidad. Sí, no te gusta contar lo que no quieres que se sepa, y mucho menos de ti, para que puedan usarlo en tu contra o algo así… Es cierto que siempre hay cosas incómodas de contar o de las que no nos sentimos satisfechos. Pero hay otras tantas que deberíamos valorar si es necesario mantenerlas escondidas. Sobre todo porque no ganas nada escondiéndolas y encima, cuando las descubres a los demás, estos te ven con otros ojos. Al contarlas, creas una complicidad con las personas con las que te has sincerado. Les das a entender que son importantes para ti. Apareces ante ellos como alguien más natural, más sincero, que no esconde tantos secretos, alguien accesible…
Quítate ese peso de encima y deja de esconder cosas de tu vida. No les des el gusto a los demás de pensar que de alguna manera mientes emocionalmente. Claro que no tienes por qué contar todo de tu vida pero sal de esa maraña de esconder y revelar, de esos juegos de magia y malabares que puede que estén bien para ti pero que en el fondo están definiéndote de forma confusa. Y lo único que consigues al final es sentir que los demás no te comprenden. ¿Cómo van a hacerlo si no les cuentas tu mejor verdad? Hay gente que no te hará tanto daño como crees, tu problema fue fallar con algunos que sí lo hicieron y te han dejado tocado aún…

SE ALGUIEN MAS CERCANO

Si es cierto que los demás te juzgan injustamente, un buen punto de partida sería empezar siendo alguien más cercano para ellos. Muéstrale a los demás cómo eres realmente, se más abierto con tus cosas más profundas. Hay personas cerca que merece la pena que estén en tu vida, que te deben importar y por eso tienes que hacer algo. No les escondas tus defectos ni tus penas por no aburrirles o no molestarles. Ellos quieren ayudarte, quieren saber de ti. Y además, necesitas no engañarles mostrándote como eres. Se una persona más cercana, que revela cuáles son sus virtudes pero también cuáles son sus defectos. Acércate a los demás de verdad, que no se queden con que pareces alguien perfecto, y todo porque sólo les cuentas lo que te interesa que sepan, pero no la verdad. Sólo muestras fachadas a veces, pero no profundidad...
Evidentemente, habrá personas que hagas lo que hagas te van a ver como ellos quieren. Pero esas personas no son las que a ti te interesan. A ti te interesa dejarte querer por esas otras personas que no se acercan más a ti porque tú no les dejas. 

lunes, 27 de junio de 2016

DEJA ATRÁS EL PASADO Y MIRA HACIA EL FUTURO

Todos arrastramos un pasado en el que ha habido de todo, aunque sea lo peor que nos sucedió entonces lo que más nos persigue a través del tiempo. Como fantasmas que nos impiden construir un futuro más limpio e ilusionante. Pero es un error dejar que el pasado influya en nuestro presente y que también vaya a hacerlo en nuestro futuro. No podemos ser responsables de todo lo que nos pasó hace tiempo pero sí podemos decidir cómo queremos que sea nuestro futuro. Y es dejando atrás lo malo, es limpiando nuestra mente y nuestro espíritu de sensaciones negativas, de sentimientos de culpabilidad. Necesitamos estar en paz con nosotros mismos. Y si cometimos errores tiempo atrás, ¿qué pasa? Nadie es perfecto. Pero intentemos evitar cometer muchos más. El pasado quedo atrás y muchas cosas no podemos cambiarlas, lo que vaya a suceder a partir de ahora, sí.

Has sacrificado mucho pero tendrá sus frutos


Si echas la vista atrás, las cosas, en el fondo, no han ido tan mal como piensas, a pesar de que has tenido altibajos bastante bruscos mira también qué es lo que has sacado bueno. Parecía que tus decisiones iban a ser más complicadas de llevar después, pero te das cuenta de que estás teniendo la actitud clave para ser feliz de nuevo.

Si alguna vez, aunque no siempre piensas por qué todo te pasa a ti es porque realmente te tenía que pasar para que aprendas sobre algo. No pienses que la negatividad te persigue, sólo se trata de hacerte más fuerte para algo mucho mejor que llega, y para lo que debes estar preparado. 

La constancia es la clave para todo y no parar es fundamental, y mucho más ahora. Sé recto en tus decisiones, cuando tengas dudas, antes de que hagas nada, aguanta una hora, dos, y verás que la impulsividad se pasa, y que lo que te apetecía hacer hace una hora ya no te apetece ahora.

Has tenido que sacrificar cosas para llegar a este estado, para empezar andar sobre tu propio camino, el que te llevará a la felicidad, y sí, todo tendrá sus frutos. 

Si tienes que dar un giro radical, hazlo


Tu vida hoy es el resultado de la actitud y de las decisiones que tomaste en el pasado. Tu vida mañana será el resultado de la actitud y de las decisiones que tomes hoy. Si tienes que dar un giro radical hazlo, los comienzos nuevos asustan, pero también pueden llegar a ser muy divertidos. La etapa del cambio llega...

Si sientes algo no le pongas paredes a tu cabeza, a veces, aunque para ti es duro decirlo, te liberas cuando lo haces, deja las preocupaciones típicas en ti, esos altibajos que no te dejan ir ni para delante ni para atrás, y tómate un respiro de verdad.

Pon a prueba todo aquello de lo que dudas. Te ayudará para saber si merece la pena. La gente habla demasiado pero a la hora de la verdad ¿sabes quién estaría ahí por ti? ¿Sabes quién de verdad te apoyaría en las buenas y en las malas?

Mira al futuro intentando reforzar todo lo que has hecho bien y desechando lo que no te ha servido para nada. Y no pienses que nada va a cambiar. La única persona que ha cambiado eres tú, y porque tenías que hacerlo, para estar mejor...

domingo, 19 de junio de 2016

CON QUIEN ESTARÉ MEJOR

Yo busco el amor sin prisas, pero sin pausas. No salgo a recorrer el mundo para encontrarlo, pero cuando llega de verdad lo recibo con los brazos abiertos porque es lo que deseo desde que nací. Y me comprometo, y lo que prometo, lo cumplo. Y cuando estoy enamorada vivo para hacer feliz a mi pareja, aunque la pueda entristecer cuando me pongo muy cabezona e inflexible en ciertas ocasiones. Me atraen personas que se quieran comprometer igual que yo, que tengan un fuerte carácter para hacer frente al mío y para contenerme en los excesos. Pero que también sean muy cariñosas para darme sensualidad y mimos. Y que sean alegres y espontáneas para conseguir que afloje con mi terquedad y lo haga riendo porque han sabido convencerme desde el buen rollo. Personas especiales que no hace falta que tengan todo pero que sí den lo máximo de ellas mismas. Y por favor, que sean de las que tienen pocos altibajos emocionales. No aguanto demasiado las subidas y bajadas sin sentido, porque me acaban arrastrando a ellas. 


LA TIRANÍA DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

Últimamente se han puesto de moda ciertas frases que podemos decir que tienen la intención de ser motivacionales, pero que en muchas ocasiones no son más que eslóganes publicitarios. Estas frases, en muchas ocasiones, en vez de ayudar hacen que nos culpabilicemos, enseñándonos lo que es la tiranía de la Psicología Positiva sobre todo entendida bajo la moda del Coaching.
El Coaching no es Psicología, al igual que para ser coach no hace falta ser psicólogo. Esta moda viene del terreno de la publicidad y como su propio nombre indica el coach es un entrenador personal, un motivador, que se supone que te ayuda a potenciar tus capacidades pero no a tratar tu baja autoestima.
Pero la Psicología Positiva no es eso, no es soltar una serie de frases al público para levantar la moral, es enseñarnos a ver la vida de una manera más positiva pero sin negar la existencia del malestar. Es trabajar desde otro punto de vista, en cierta forma opuesto al de la psicología clásica, más centrada en el síntoma que en la capacidad, la virtud y la fortaleza de las personas.
Aún así, hay quien entiende que coaching y psicología positiva es lo mismo, utilizando expresiones que, si se manejan de manera literal, se convierten en tiranas ya que su efecto no es otro que el de tapar momentáneamente el propio malestar. Aquí expondré algunas de ellas y cómo la psicología positiva las trataría:
“Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos”
-Francisco de Quevedo-

No te quejes

No te quejes, la vida es de color de rosa si tu quieres que así sea. Si te levantas con una sonrisa todo va a ir bien, porque evidentemente, que todo vaya bien es una decisión de la que tenemos absolutamente todo el control. Si lo piensas, el poder de tu mente atraerá todo lo positivo alejando el malestar y la toxicidad de otros de tu camino. Además la gente fuerte no se queja nunca, no vayas a parecer débil… o humano!
Este ejemplo que parece muy extremo lo podéis encontrar fácilmente, aunque para que sea Psicología Positiva auténtica y no publicidad, lo correcto sería decir: “Trata de no instalarte en la queja“. El no instalarnos en la queja permite que admitamos que existe el malestar, dándonos la oportunidad de intentar encontrar una solución para la solución. Una actitud que está lejos de dejarnos llevar, haciendo como si no existiera lo que en realidad nos molesta.
Todos vivimos situaciones que nos molestan o nos duelen pero que podemos solucionar. Si está en tus manos reconocer lo malo y eliminarlo de tu vida no tienes por qué aguantarlo sólo porque quieras mantener una imagen de felicidad continua. Lo importante es ser feliz para ti y en ocasiones para conseguirlo hay que luchar contra el malestar e incluso exteriorizarlo.

Utiliza el humor y el amor frente a la locura ajena

Si tu pareja está de mal humor dale besos y hazle bromas. Tu deber es aguantar a los demás con buena cara, no vayas a estropearles el día. Que te lo estropeen a ti es imposible, tú eres feliz siempre, recuerda que si pones una sonrisa todo se soluciona por arte de magia.
Claramente esta afirmación te dice que seas sumiso ante los demás, que tus emociones negativas tienen que estar condenadas al mutismo. Tus necesidades estarían en un segundo plano porque lo importante sería el otro. Esto no es cierto, lo más importante siempre tienes que ser tú. Quererte y tener la posibilidad de expresar tu malestar hacia el otro, sin convertirlo en una costumbre, es esencial.
La expresión de los propios sentimientos, sean buenos o malos a los demás es muy importante. Se trata de ser asertivo y no por ello te convertirse en un quejica. Que nadie te quite el derecho de ser tú en lo bueno y en lo malo.

Quiere incondicionalmente a los demás

Cuando alguien hace algo malo es por desconocimiento o porque el niño que llevan dentro les ha jugado una mala pasada. Perdona todo sin pedir nada a cambio porque el ser humano es puro impulso, no es racional y por tanto, no puede hacerte sufrir por quedar por encima de ti o aprovecharse, no seas mal pensada.
El ser humano es racional e intencional la mayor parte de las ocasiones. Aunque es cierto que no siempre se hiere a propósito, está en ti valorar si te están manipulando o si es un descuido sin intencionalidad alguna. Sigue tus instintos y reconoce quien quiere tu bien y quien te quiere echar a perder. Recuerda que los lobos pueden vestirse con piel de cordero y no por ello dejar de ser menos lobos.

La auténtica Psicología Positiva

La auténtica Psicología Positiva no te hace sumiso ni te hace sentir culpable sino que potencia tus puntos fuertes ante la adversidad. No niega que existe el malestar pero si te ayuda a verlo y a enfrentarte a él desde un punto de vista distinto, relacionado con el bienestar.
La Psicología Positiva no pretende reducir al absurdo tu vida o dominarla con simples eslóganes, pretende admitir que la vida es dura pero que esta dureza depende mucho del punto de vista con el que uno la afronte. O como diría un famoso escritor estadounidense:
“La vida no debería ser un viaje hacia la tumba con la intención de llegar a salvo con un cuerpo bonito y bien conservado, sino más bien llegar derrapando de lado, entre una nube de humo, completamente desgastado y destrozado, de manera que digamos justificadamente en voz alta: ¡Uf! ¡Vaya viajecito!”
-Hunter S. Thompson-

Para olvidar hay que recordar

Existen muchos episodios de nuestro pasado que pretendemos olvidar, sin embargo, para cerrar ese dolor es preciso recordar; no tanto para dejar en el olvido lo ocurrido sino más bien para integrarlo en nuestra vida actual, con el enriquecimiento que ellos supone. 
Todo proceso por el que pasamos a través de nuestra experiencia vital implica cambios, y supone tener que hacer muchos duelos de todo tipo. Los cambios implican pérdidas y con ello despedidas, dolor y renuncias. Parece, incluso natural, pretender evitarlo y no introducirlo en nuestra historia, aunque esto supone un esfuerzo que nos ahoga en el sufrimiento ya que con esta actitud emprendemos una lucha perdida de antemano. 
Puesto que los duelos forman parte de nuestras vidas, tiene un sentido importante para nuestro propio desarrollo personal. Ya que los duelos no sólo nos ayudan a ir cambiando e ir aceptando lo inevitable, sino que además nos preparan para incorporar nuevas experiencias con gran valor y significado.
PERDONAR MÁS QUE OLVIDAR
En el perdón descansa toda nuestra incesable lucha llena de rencores, culpas y reproches. Cuando el perdón llega, la aceptación para cerrar el duelo está en curso. Esto es común en los amores frustrados, se pretende olvidar antes de perdonar y así es como mantenemos el dolor que nos envenena. 
Perdonar requiere de aceptación para obtener los aprendizajes necesarios e incorporarlos a nuestro desarrollo personal. Es un proceso que nos lleva hacia la paz y tranquilidad que supone estar con la conciencia tranquila. El camino del perdón es equiparable al del amor, puesto que se vale de este sentimiento para manifestarse. 
APRENDER A DESPEDIRSE
Seguro que habéis pensado en más de una ocasión la famosa frase que empleamos "El tiempo lo cura todo", esto es un error ya que el tiempo de por sí no cura nada, es lo que hacemos nosotros en ese tiempo lo que nos ayuda a madurar, a aprender y crecer interiormente para resolver nuestros conflictos y dificultades. 
Decir adiós es una constante inevitable en nuestras vidas, pasamos por muchas despedidas importantes, tanto de personas (rupturas con parejas, alejamiento de amistades y familiares, muertes, etc.) como de circunstancias (trabajos, salud y diagnóstico de alguna enfermedad, expectativas que no se cumplen, finalizar etapas, etc).
En cada uno de los periodos por los que pasamos dejamos atrás asuntos irrecuperables. Permitimos el cambio para poder ir avanzando y así es como aprendemos a despedirnos, sabiendo que toda interacción significativa ha dejado huella en quienes somos actualmente. 
En el momento de duelo, sobre todo si es el de una pareja, es conveniente no tener a la vista todo lo que nos recuerda a esa persona; para que así se pueda ir superando sin tanta dificultad. Una vez superado el duelo, podemos darnos cuenta ya que los recuerdos de esa persona ya no nos afectan, ni remueven nuestras emociones. 
VIVIR EL PRESENTE SIN OLVIDAR EL PASADO
Una de las principales claves de nuestro bienestar consiste en cómo nos situamos ante el presente. El pasado ya no se puede cambiar, ni podemos controlarlo ni modificarlo, lo único que podemos controlar es nuestra actitud de cómo afrontar nuestro pasado en el presente. 
Por eso realmente nuestro trabajo personal no está en olvidar nuestro pasado, ni a las personas que nos importaban, sino más bien el poder integrar todas esas experiencias en nuestro presente, a modo de experiencia y aprendizaje. 
Poder tener en cuenta lo que hemos sido y lo que hemos vivido, tanto lo agradable como lo desagradable, nos hace saber mejor lo que queremos en la actualidad. Nuestra visión se vuelve más lúcida y sabia al integrar el conjunto de nuestras experiencias. 

sábado, 18 de junio de 2016

Ya basta de caras y cuerpos bonitos, necesito gente inteligente

Yo necesito gente inteligente, ya basta de caras y cuerpos bonitos pero vacíos de materia gris. Un 50/50 estaría genial, pero por mi forma de actuar a menudo se me arriman esos otros que, sinceramente, creo que me ven por encima de mis capacidades. Tengo un don de palabra que enamora a cualquiera, y lo sé. Las personas que más me convienen son las que me dejan libre, pero me recogen con una cuerda que me han atado sin que me haya dado cuenta cuando me estoy excediendo. Y es que, a pesar de que amo mi libertad, también sé que de vez en cuando necesito alguien que me diga lo que estoy haciendo mal cuando lo estoy haciendo mal, y no que me siga como si nada. Estoy acostumbrada a hacer lo que me da la gana, pero en el fondo, también añoro a esa persona inteligente que me frene y me explique, con buenas razones, que sería mejor que fuera por el otro lado, que me acompañaría al fin del mundo si eso me hiciera feliz, pero que me quiere cerca, que no me vaya muy lejos, porque me echará de menos.

Sé que no soy fácil de llevar, pero tampoco soy difícil

Sé que no soy fácil de llevar, lo tengo claro, pero si sólo pusieran un poquito de su parte, también reconozco que no son nada difícil, el problema es cuando no lo ponen. En fin... Yo necesito en mi vida a alguien tranquilo y, por supuesto, que no sea muy impulsivo, que no esté hoy aquí y mañana allí. Sí, puede ser divertido un día, esos cambios de humor pueden romper con la rutina de mi vida pero ¿todo el tiempo así? Por favor, mejor de lejos. No es que sea seria, que bueno, un poco sí, es que me gusta que todo esté claro, no es tan difícil ¿no? A veces no entiendo por qué me miran raro cuando digo que la seguridad es importante para mí, y cuando exijo que sean sinceros conmigo. Necesito a personas capaces de comprometerse, pero no sólo de boquilla, sino con hechos, y sí, que quieran encontrar un lugar en el mundo, conmigo, plantarse, y echar raíces. A veces no hace falta estar todo el día de aquí para allá buscando algo que no conozco cuando lo que tengo es lo mejor del mundo, ¿verdad?


Mi venganza

Cuando se me hace algo malo, que se prepare quien sea para no dormir a gusto durante un tiempo. Mi venganza es de las más temidas. ¿Sabéis por qué? Por mi inteligencia, virtud que pondré al servicio del tipo de venganza, de cuándo ejercerla, de cómo jugar con el factor sorpresa, y ¡tachán! de que no me pillen nunca. 

Mi venganza es peligrosa. Sí. Todo lo peligroso que puede ser algo que ha sido organizado con una de las mentes más brillantes que te puedas encontrar. Y no será nada agresivo, ni por la vía de la fuerza física, ni venganzas peliculeras de esas. Sacaré todo mi arsenal de habilidades mentales, comunicativas e intelectuales. Que se prepare quien sea para sufrir el escarnio público cuando le ataque con palabras. No serán impulsivas ni de esas fáciles, eso es simple. Será tal punzada por la vía dialéctica que no hará falta pinchar mucho. Directo al corazón. Porque eso sí, iré directamente a la yugular emocional. Pienso en mis venganzas conociendo muy bien a mi adversario. No en vano tengo un sobresaliente en estudiar las conductas psicológicas, y eso que lo hago por diversión. Si además me lo tomo en serio... ¡ya puede tener bien escondidos sus puntos débiles el enemigo porque voy a ir a por ellos!

También para mí la venganza será rápida. Lo primero por mi propia naturaleza impulsiva, pero sobre todo, porque si he decidido vengarme, no quiero que si pasa el tiempo pueda perder las ganas de hacerlo. Que quede claro entonces: si me has hecho algo malo, espera mi respuesta-venganza en breve. Si no llega pronto, es difícil que con el tiempo vaya a cobrarme nada. Pero no imposible.

Otra cosa. Que las víctimas de mis venganzas se preparen para no verlas venir nunca. Es ahí donde aparece otra muestra de mi inteligencia, así como mi carácter dual, gemelar y versátil. Soy capaz de ponerte mi cara de mejor amigo del mundo, y por dentro estar dándole vueltas a una venganza dentro de una olla de las usadas por los caníbales. ¡Te vas a cagar!

También es cierto que pienso más que actúo. Es decir, mi mente puede imaginar mil venganzas, y todas buenas, pero de ahí a que las lleve a cabo no es tan fácil. No voy por la vida de ofendida, ni es fácil ofenderme, claro. ¡Por ahí se salvan muchos de mi venganza!

Pero cuando de verdad sufro por culpa de alguien, planearé y ejecutaré mi venganza sin que nade me quite la idea. Y lo haré sin precipitarme. Y con la edad he ido perfeccionando mi habilidad, recogiendo muchas ideas en mis idas y venidas por todos sitios y con todo tipo de gente. Y las voy archivando en mi memoria, para cuando hagan falta. 

Si eres alguien que me ha hecho algo grave, no te relajes. Te voy a pedir cuentas, más pronto que tarde. Hasta saber que has pagado de alguna manera, no deberías dormir tranquilo. ¡Haberlo pensado antes! Reza porque no lo vea muy grave o porque tenga cosas mejores que hacer (que será lo normal). Igual mi venganza será la de pasar de ti y de lo que me has hecho. ¡No hay mayor desprecio que la falta de aprecio! Toma venganza. 

jueves, 16 de junio de 2016

Las cosas han cambiado, porque me levanto hasta de lo más profundo, me levanto de lo peor.

Todo tiene un tiempo y un por qué en la vida. Y hasta en las mejores familias hay altibajos y principios y finales. Todo final es el principio de otra cosa, y en mi caso, aunque la montaña se haga empinada en muchas ocasiones, siempre han sido comienzos nuevos… Me quedé vacía por momentos, me hicieron quedarme vacía por momentos… Con lo que yo he sido siempre. Pero claro, no estaba ni con el mismo humor de siempre, ni con las mismas ganas, ni con la autoestima tan subida, y atacaron por ahí… Y por desgracia, me hundí, y toqué fondo, y me costó volver a abrir las alas de nuevo porque estaban rotas…

Pero las cosas han cambiado. Porque yo me levanto hasta de lo más profundo, me levanto de lo peor. Lo que en un momento de la vida parecía grato y reconfortante, con el tiempo fue cambiando, las personas que estaban a mi lado, como yo, acaban por cambiar, y a veces también es mejor alejarse, respirar hondo, y decidir si mi vida merece tener a personas cerca así. Tengo que olvidar, olvidar del todo y de verdad. ¿De qué me vale estar tres días fuera, de fiesta, matando los pensamientos que me hacen daño para que llegue el cuarto y volver a hundirme de nuevo? De nada. Tengo que agarrar el toro por los cuernos, tengo que enfrentarme de una vez por todas, asumir lo que fue, lo que es y lo que será de mi vida. Y poner límites. Poner límites de verdad. Tirar todo por la borda está bien siempre y cuando haya decidido que se acabó de verdad. Pero si lo tiro y después soy yo quien se lanza al mar de lleno, llorando y suplicando porque vuelva a estar en mis manos tengo un problema.
Está claro que necesito tiempo para mi, y pensar sin ser impulsiva, reflexionar sobre mi presente, sobre qué o quién quiero que viva a mi lado. No se podrá olvidar todo, porque las cicatrices son fundamentales para seguir creciendo pero, tengo que decidir… Eso sí es importante. Y cuanto antes… Y por favor, sin volver de nuevo atrás…

Mi lado bueno


  • Soy capaz de adaptarme a cualquier situación diferente que me toque vivir con una facilidad pasmosa. O con algo de esfuerzo a veces Sea como sea, lo hago y encima sin perder la sonrisa de los labios. 
  • Cuando se trata de solucionar algo con las palabras adecuadas todos me buscan a mi: para mediar entre dos personas enfrentadas, para vender un producto o un plan, para convencer a una persona sobre algo...
  • Si juego a algo suelo ganar. Aunque ami, para lo que de verdad me sirve mi agilidad mental es para ser el primero en captar un problema para resolverlo rápidamente después. 
  • Cuando se trata de ser ingeniosa puedo tener algún competidor, pero suelo triunfar porque lo combino con mi inteligencia, mi rapidez y hasta mi sentido del humor. 
  • Mi facilidad para conectar con la gente es de las virtudes que destacan en mi. Si quiero amigos, los encuentro; si quiero planes, sé cómo hacer que me inviten a ellos. Y si necesito un hombro sobre el que llorar, no me faltan candidatos. 
  • Pocas personas después de conocerme no reconocen que mi simpatía es de las cosas que a primera vista más les han llamado la atención de mi. Luego, cuando conocen mi sentido del humor, mi optimismo y mi facilidad para las bromas, se reafirman en que soy la alegría de la huerta. 
  • Mis ansias de libertad están siempre presentes. Por eso, algunos compromisos para estar con determinada gente o para ir a algún sitio me producen ese repelús.
  • Ser alguien tan variable de carácter, con tanta facilidad de cambiar y hacer una cosa u otra, me ayuda a hacer muchos trabajos y a trabajar con personas muy diferentes. 
  • Soy tan extrovertida que cuando llego a aun sitio nuevo, ni tengo problemas para relacionarme ni para ayudar a los que se acercan a mi pensando que soy una veterana en el lugar. Y es que parece que he ido más veces al ver lo bien que me relaciono.
  • En muchas reuniones soy el alma de la fiesta por ser tan divertida, por mi sentido del humor, porque hablo de cosas interesantes, porque lo que cuento lo hago con un énfasis y una elocuencia que no aburren a nadie. Todo lo contrario.
  • Al ser tan inquieta mentalmente, nunca me quedo sólo con lo que tengo delante de los ojos. Soy capaz de darle la vuelta a cualquier situación.
  • Mis dotes de convicción son las más valoradas cuando se me ofrece hacer determinados trabajos. No tengo competidor ahí. Puedo hacer lo que quiera.
  • Siempre soy muy amable con la gente, intento no dar una mala contestación ni tener un mal gesto con nadie. Aunque a veces creo que hay personas que no se merecen tanta amabilidad. Y no lo hago.
  • Cuando no puedo ser convincente saco mi otra arma importante: la persuasión. Y ahí si que es verdad que voy a conseguir lo que quiero sí o sí. 
  • Tengo mucha facilidad para ver muchas caras de una misma situación. No en vano, yo misma tengo muchas caras y con cada una de ellas soy capaz de llegar hasta el fondo de muchas situaciones. 
  • Tengo el poder de las palabras. Y usándolas soy feliz. Hablando y disfrutando con ello. Pero al mismo tiempo, no me importa escuchar a los demás. Si además saben usarlas y me enseñan cosas, yo encantada de cederles la palabra. 
  • Ni cuando me enseñan algo, ni cuando me aleccionan sobre algo, ni cuando me enfrento a un asunto nuevo por primera vez es necesario que nadie se tome mucho tiempo en explicarme el tema. Lo capto todo a la primera de forma asombrosa. 
  • Además de que me sé adaptar a cualquier situación, es que mi predisposición es muy buena para hacerlo. No suelo poner peros a casi nada. 
  • No me gusta que me engañen pero es que además cazo rápido a quienes quieran hacerlo.
  • Mi manera de ser líder y mandar es hacerlo con mucha inteligencia, ingenio y...encanto. Que eso también cuenta. Cuenta mucho.
  • Soy una persona coqueta. Y eso no es malo, la verdad. Porque lo controlo perfectamente. Otra cosa sería que fuera como una droga que me domina. Pero es que no es así.

miércoles, 15 de junio de 2016

Yo perderé, pero el que me pierda se llevará la peor parte

Está claro que voy a perder cosas que quiero, pero más claro está que me van a perder a mi también como las cosas no cambien, y eso será aún mucho más jodido para el resto que para mi. Al fin y al cabo, soy yo, y me repondré de cualquier asunto aunque, ¿y los demás? Pero es que llega un momento en el que las cosas no se curan con el tiempo, llega un momento en el que el tiempo me obliga a madurar y a aprender a aceptar todo lo que la vida me pone delante, y ni quiero cambiar a nadie ni me quiero cambiar yo. Ya me he pasado demasiado tiempo esperando que ese "tiempo", por arte de magia, haga que olvide, o al revés, me haga sentir mucho mejor. La cuestión es que no quiero pasar más tiempo así, esperando por si todo se soluciona de una vez y mientras tanto perdiendo segundos, minutos y horas de mi vida. Ya no. No quiero madurar de golpe y cortar cuando ya sea tarde, cuando ya me haya dado cuenta de que la vida se me ha pasado de golpe... Tengo que aceptar que nada cambia, y tocar fondo si quiero, pero cuando regrese a la superficie lo haré con el alma tranquila de verdad, con el espíritu descansado. Me rendiré si hace falta, porque yo ahora no quiero llevar razón ni hacer entender nada a nadie, ahora quiero paz para mi. 


martes, 14 de junio de 2016

PERDÓNAME POR NO ESTAR A LA ALTURA


Días que vienen y días que van, horas que pasan y semanas que se van. Sería muy sencillo y muy cínico decir que así pasa la vida, pues entre esos días que vienen y van, esas horas y esas semanas pasan muchas cosas, y aún así nos empeñamos en encerrarnos en un día a día regido por la rutina, un día a día en el que las obligaciones nos ahogan y nos arrancan el llanto desde lo más hondo de nuestro ser y de nuestra alma. Nos dicen que venimos a este mundo a cumplir un propósito, pero nadie nos explica en qué consiste. Cada uno tenemos que averiguar el nuestro, y en ocasiones nos parece que estamos en lo cierto (por muy duro, doloroso e injusto que nos parezca, por muchas lágrimas que nos arranque). ¿Qué hacer cuando vemos que no somos capaces de cumplir el propósito que hemos venido a cumplir? Nos vamos muriendo lentamente, una garra tenaz y oscura nos va desgarrando el alma zarpazo a zarpazo, y nosotros seguimos empeñados (con más fuerza y empeño si cabe) en cumplir ese objetivo. Queremos suplir la falta de una persona que se ha ido, vivir su vida del modo en que ella lo hubiese hecho, tenemos la sensación de estar viviendo una vida que no nos corresponde, una vida “prestada” y por eso nos obsesionamos con hacer tal o tal cosa de esta manera porque ella lo habría hecho así, nos obsesionamos con la perfección absoluta porque queremos que esa persona esté orgullosa de nosotros. En ocasiones, hacemos promesas a gente que ya no está con nosotros y nos obsesionamos con cumplirlas, las promesas son sagradas, sin importar que esa o esas personas sigan o no con nosotros. Hablamos con ellas (cada uno a nuestra manera) a diario, les pedimos perdón y nos juramos que seguiremos adelante hasta cumplir nuestra palabra; y cada vez que lo hacemos notamos que algo nos arranca un pedacito de nosotros mismos, pero ¿qué hacer cuando has forjado toda tu vida y tu personalidad en torno al hecho de ser quien eres y estar donde estás, todo ello basado en una verdad que, aunque parezca inofensiva, puede llegar a ser tu peor enemiga? Fácil, crisis existencial. Si queréis que os sea sincera, no sé qué es peor. Vives tu vida intentando demostrar que mereces la pena, que has sabido aprovechar las oportunidades que te dieron, que puedes hacer muchas cosas y hacerlas todas rozando la perfección. Pero llega un momento en que todo eso se desmorona. Toda tu existencia y tu personalidad se caen, al mismo tiempo que lo hace tu muro de protección. Decepcionas a la gente a la que desesperadamente pugnas por impresionar, por orgullecer, y eso duele tanto que a veces uno no sabe qué hacer. Se queda catatónico en una esquina tratando de mantener el tipo y de encontrar fuerzas para seguir adelante. Es en esos días cuando levantas la vista al cielo y haces dos preguntas, a cada cual más tétrica: “¿Soy lo suficientemente buena?” “¿Estás orgullosa de mí?” Todo ello seguido de la más dolorosa y sincera de tus disculpas: “Lamento no haber sido capaz de cumplir mi promesa, y lamento no haber sido capaz de cumplir con tus expectativas hacia mi”.

lunes, 13 de junio de 2016

¿CÓMO DEFINIRÍAS LA VIDA?



La vida, ¿qué es la vida? Todos tenemos nuestra propia definición. Para unos consiste en alcanzar sus metas, otros defienden que venimos a este mundo a ayudar a los demás y a dejar un mundo mejor para nuestros descendientes, algunos vienen a lograr sus objetivos sin importar a quién pisen, destruyan y decepcionen por el camino. ¿Son todas válidas? ¿Son todas erróneas? En realidad no depende de mí, ni de ti, ni de nadie. No puedes juzgar el camino que alguien ha seguido sin ponerte en sus zapatos. No puedes decir que alguien tiene una vida idílica sólo porque no demuestre sus problemas. No puedes juzgar si alguien ha conseguido algo porque una persona influyente ha tomado cartas en el asunto… Podría seguir indefinidamente, pero hay una frase que lo resume a la perfección: “no juzgues un libro por su portada”. La vida no es lo que parece, la gente no te muestra su verdadero yo a la primera, ni a la segunda, e incluso en ocasiones te pasas la vida creyendo conocer a alguien y de repente descubres que todo era una mentira, una fachada, una máscara. Es verdad que todos, y digo todos, nos ponemos de vez en cuando nuestra máscara. Algunos para conseguir sus metas, otros para protegerse tras un trago y golpe duro, doloroso e inesperado. Es algo normal, de lo más humano. Nadie quiere que le hagan daño, y cuando se lo hacen, lo único que le queda es protegerse, sacudirse el polvo y seguir adelante. Aunque a uno le tiren, hay que levantarse y seguir, todos los merecemos exprimir la oportunidad de vivir lo que un día dos personas decidieron empezar por todos y cada uno de nosotros.

Si bien todos deseamos vivir una vida pacífica, exitosa y sin sufrimiento, esto es lo que se conoce como utopía. De hecho, las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.


No obstante, pido como favor personal que no machaquéis a esta gente bella, no os aprovechéis de su bondad. Tienen el alma llena de cicatrices y aún así siguen con el firme propósito de luchar por sus sueños y seguir adelante. No les pongáis trabas, trabajad con ellos para que nuestro mundo sea un mundo mejor.