martes, 28 de junio de 2016

PROTEGER MI RELACIÓN


De los aspectos de mi personalidad, uno de los que más se habla es de mi cabezonería, mi famosa terquedad "made in me" y a mucha honra ¿verdad?
Pues la terquedad en mí no es tan mala como se quiere ver, al menos para mí. Al revés, puede venirme muy bien y por bastantes razones. Me ayuda a seguir cuando los demás ya se quedaron atrás porque se dieron por vencidos y me reafirma en muchas situaciones cuando otros en las mismas circunstancias ya empiezan a dudar y a aflojar por tanta duda. Vamos, que yo siendo una perfecta cabezona tengo más que ganar que perder ¿no?
Pues sí, y es que hay un asunto más en el que la cabezonería es de más ayuda que de menos. Y es cuando me ayuda a aguantar y a no tirar por la borda una relación que, por darle tiempo, podría recuperarse y tener futuro. A veces sucede todo lo contrario, que mi terquedad me lleva a no dejar acabar una relación, a alargarla en vez de dejarla morir estando ya agónica. Nadie es perfecto. 
Lo que quiero ahora es dar unas pautas para los que, como yo, sean tercos y cabezotas, pautas que les ayude a proteger sus relaciones, que duren y tengan futuro si esa es la realidad. Antes de pensar en mantener o dejar una relación cuando hay problemas, lo que hay es que crear relaciones estables y firmes, con futuro, que valgan la pena y que os hagan felices, a vosotros  y a vuestras parejas. Y a eso voy.
Estableced reglas claras
Para los que os comprometéis tanto como yo en el amor, siempre os da problemas daros cuenta con el tiempo de que vuestra pareja puede no estar igual de comprometida que vosotros. O que busca en la relación algo diferente a lo que vosotros queréis. Para que no os pase eso, debéis establecer bien vuestras reglas y vuestros intereses, y compartirlos con vuestra pareja para ver en qué puntos coincidís y en cuáles no. Y si son más en los que coincidís, que cada uno ceda un poco. Sí, hay que ser flexible, ese consejo va de regalo. Y si se ve claramente que ambos buscáis cosas diferentes pues adiós muy buenas y que corra el aire.
Sed claros sobre vuestras expectativas
Tanto por los deseos que tenéis en cada relación que empezáis como por los miedos que traéis de otras relaciones pasadas, tenéis que ser sinceros con las expectativas que tengáis en una relación. Sincero con vosotros mismos y sobre todo con la otra persona. Pero sinceros de verdad. Si os calláis vuestros miedos, si avanzáis sin saber cuáles son vuestras expectativas, si no decís la verdad sobre lo que queréis realmente, la base de vuestra relación no será buena y a partir de ahí, lo que se vaya poniendo encima tendrá poca estabilidad porque la base estará mal desde el principio.
Decid lo que pensáis
A veces por no herir a los demás nos callamos lo que realmente pensamos y la verdad es que no les ayudamos con eso aunque creamos que sí. En vuestro caso, debéis decirle a vuestra pareja todo lo que pensáis, haciéndoos entender. Y si pensáis algo que creéis que puede hacer daño, dejad claro que vuestra intención es ser sincero, no fastidiarle ni nada de eso. Se puede ser contundente y claro, sin ofender. Tenéis que conseguir que entiendan que vuestra sinceridad es para proteger la relación y que siendo sinceros (los dos, porque debéis exigir que vuestra pareja haga lo mismo) es la única manera de sentar una buena base y de construir algo importante. 
Aseguraos de que estáis con la persona adecuada 
Aunque esto pueda parecer una tontería, no lo es. Y en temas de amor es importante pensar en todas las posibilidades. No con todas las personas podemos crear una relación estable. Para tener relaciones de futuro tiene que haber muchos puntos en común, intereses parecidos, niveles de compromiso y entrega similares y muchas ganas. Y hay personas que quizás no puedan dar muy buenos e intensos momentos, pero sólo eso. O personas que sólo quieran aprovecharse, que no les importemos y que sólo quieran algo concreto de nosotros o de nuestra vida. Ninguna de esas personas valdría, claro. Lo mejor es que, en el fondo, vosotros las veis desde el minuto uno así que, no os aferréis...Mirad más por vosotros. 
Repartid a medias la responsabilidad de la relación
El equilibrio es fundamental para la mayor parte de las cosas de la vida. Y en una relación, cualquier desequilibrio es el principio de la inestabilidad y la caída. Vosotros, por vuestro fuerte carácter y vuestra manera de hacer las cosas, es fácil que os echéis sobre vuestra espalda la mayor parte del peso de la relación. Un error. Si sois protectores y queréis cuidar a vuestra pareja, hacedlo, pero que la otra persona tome otras responsabilidades, que os cuide y asegure en otras parcelas que a vosotros os cuesten más. Entre los dos debéis repartiros el peso de la relación y disfrutar a medias también con todo lo bueno. No seáis siempre el que carga con todo, porque se acostumbran, y cuando ya no podéis más, todavía os preguntarán por qué...


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