Aunque todo el mundo tiene secretos y cosas de su pasado que no quiere contar, tú te reservas demasiados de ellos y “manipulas” mucho la realidad. Sí, no te gusta contar lo que no quieres que se sepa, y mucho menos de ti, para que puedan usarlo en tu contra o algo así… Es cierto que siempre hay cosas incómodas de contar o de las que no nos sentimos satisfechos. Pero hay otras tantas que deberíamos valorar si es necesario mantenerlas escondidas. Sobre todo porque no ganas nada escondiéndolas y encima, cuando las descubres a los demás, estos te ven con otros ojos. Al contarlas, creas una complicidad con las personas con las que te has sincerado. Les das a entender que son importantes para ti. Apareces ante ellos como alguien más natural, más sincero, que no esconde tantos secretos, alguien accesible…
Quítate ese peso de encima y deja de esconder cosas de tu vida. No les des el gusto a los demás de pensar que de alguna manera mientes emocionalmente. Claro que no tienes por qué contar todo de tu vida pero sal de esa maraña de esconder y revelar, de esos juegos de magia y malabares que puede que estén bien para ti pero que en el fondo están definiéndote de forma confusa. Y lo único que consigues al final es sentir que los demás no te comprenden. ¿Cómo van a hacerlo si no les cuentas tu mejor verdad? Hay gente que no te hará tanto daño como crees, tu problema fue fallar con algunos que sí lo hicieron y te han dejado tocado aún…
No hay comentarios:
Publicar un comentario