La vida, ¿qué es la vida? Todos tenemos
nuestra propia definición. Para unos consiste en alcanzar sus metas, otros
defienden que venimos a este mundo a ayudar a los demás y a dejar un mundo
mejor para nuestros descendientes, algunos vienen a lograr sus objetivos sin
importar a quién pisen, destruyan y decepcionen por el camino. ¿Son todas
válidas? ¿Son todas erróneas? En realidad no depende de mí, ni de ti, ni de
nadie. No puedes juzgar el camino que alguien ha seguido sin ponerte en sus
zapatos. No puedes decir que alguien tiene una vida idílica sólo porque no
demuestre sus problemas. No puedes juzgar si alguien ha conseguido algo porque
una persona influyente ha tomado cartas en el asunto… Podría seguir
indefinidamente, pero hay una frase que lo resume a la perfección: “no
juzgues un libro por su portada”. La vida no es lo que parece, la gente no
te muestra su verdadero yo a la primera, ni a la segunda, e incluso en
ocasiones te pasas la vida creyendo conocer a alguien y de repente descubres
que todo era una mentira, una fachada, una máscara. Es verdad que todos, y digo
todos, nos ponemos de vez en cuando nuestra máscara. Algunos para conseguir sus
metas, otros para protegerse tras un trago y golpe duro, doloroso e inesperado.
Es algo normal, de lo más humano. Nadie quiere que le hagan daño, y cuando se
lo hacen, lo único que le queda es protegerse, sacudirse el polvo y seguir
adelante. Aunque a uno le tiren, hay que levantarse y seguir, todos los
merecemos exprimir la oportunidad de vivir lo que un día dos personas
decidieron empezar por todos y cada uno de nosotros.
Si bien todos deseamos vivir una
vida pacífica, exitosa y sin sufrimiento, esto es lo que se conoce como utopía.
De hecho, las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que
han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la
pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas
tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los
llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella
no surge de la nada.
No obstante, pido como favor
personal que no machaquéis a esta gente bella, no os aprovechéis de su bondad. Tienen
el alma llena de cicatrices y aún así siguen con el firme propósito de luchar
por sus sueños y seguir adelante. No les pongáis trabas, trabajad con ellos
para que nuestro mundo sea un mundo mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario